domingo, 2 de mayo de 2010

Luna y sol


Yo no te pido la luna que amábamos mirar... pido tu olvido, sin reproches, sin agradecimientos, sin nada, sin más.

Yo no te pido el sol que hasta el alma me llega a calentar... pido que no llores, que no sufras, que puedas salir con su resplandor a amar.

Yo no pedí ser tu aire para respirar... mírame bien, ni siquiera eso soy, soy carne con huesos, con alma, con voz.

Te pido entonces sólo que me olvides, que me dejes pasar, se acabó la función, el telón ya bajo, estaba escrito el final... no seas como el último espectador que tontamente aplaude ya sin público alrededor esperando a que se reanude la función.

Se acabo la historia, la novela, nuestra historia, nuestra novela, fuimos escribiendo juntos, con diferentes tintas, ni a mi, ni a ti nos gustó el final, pero yo ya no quiero escribir, yo ya no quiero ni hablar.

Yo no te pido nada, incluso ya no te pido que me olvides, que me odies... niñerias, ya sólo pido tu bienestar y que aprendas a asombrarte de cosas tan maravillosas de la vida como lo son la luna y el sol.




- Cristina García