martes, 12 de abril de 2011

"Los demonios del edén"

Les comparto mi ensayo sobre el libro "Los demonios del edén" de Lydia Cacho. El libro habla sobre el pederasta Jean Succar Kuri y sobre el daño que le ha dejado a las niñas víctimas de su patología. A la par se habla sobre las irregularidades de la ley y de las injusticias sociales, un libro que recomiendo ampliamente, sin más los dejo con mi ensayo.

Un libro que en lo personal me deja asqueada e indignada por la realidad que plasma en sus páginas, pero a la par me deja con enseñanzas periodísticas las cuáles también me dejan asombrada por la valentía y coraje de Lydia Cacho al escribir el texto sin temor a represalias, ¿pero, cómo no tener miedo después de redactar la cruda realidad? El miedo se desvanece al tener pruebas documentadas de que desgraciadamente todo lo que se lee en el libro es cierto. Lydia Cacho utiliza entradas contundentes, que son clave en el periodismo y emplea el periodismo literario para hacer de esta lectura más interesante, aunque no lo necesita ya que la historia se vende por sí sola, es una realidad social que nos afecta a todos y que es necesario conocer para dejar de vivir en la burbuja color rosa que rodea a los más afortunados, que no nos ha tocado vivir ese tipo de situaciones pero que aún así nos hacen reflexionar sobre nuestro país y sus acontecimientos que por mucho tiempo han sido callados y la impunidad ha sido la protagonista en todos estos casos de pederastia, al menos hasta el momento, porque sinceramente otra de las realidades sociales es más que identificada con este término “con dinero baila el perro” y realmente no importa cuánto tiempo le den de sentencia a Succar Kuri, porque con todo el dinero que tiene el podría tener una celda de lujo, incluso aunque le den cadena perpetua, además independientemente del castigo que reciba, nadie les regresaría la inocencia y los años robados a esas niñas. Les han arrancado la niñez a esas personas, su identidad ha sido trastornada por un ser humano aún más trastornado. ¿Qué nos deja? Una sociedad torcida, un México hundido en mierda social. Jean Succar Kuri no solamente ha mallugado cuerpos, también la psique ha sido afectada de una manera impresionante. Tal vez no puedo ser objetiva en este caso, creo que mi sexo es el culpable de que sea tan vulnerable hacía esta lectura, por eso me parece admirable Lydia Cacho, porque me imagino e incluso puedo asegurar que ella sabía que se estaba metiendo a la boca del lobo, sin embargo como mujer no podía quedarse callada, no como todas las demás.

Jean Succar Kuri juega con las necesidades de las desafortunadas niñas, les regala un amor falso, una paternidad fallida, un engaño amoroso, les regala cosas bonitas, a cualquier niña nos gustan las cosas bonitas, sobre todo a esa edad, es jugar con la confianza y la inocencia .

Es muy importante como la autora del libro muestra el contexto social donde se desarrolla Cancún Quintana roo, si bien es sabido, México es un país por excelencia machista, pero Quintana roo desde sus inicios es de esta manera, por el simple hecho de que los hombres eran mayoría y las mujeres han sido clasificadas como objetos sexuales para poblar, no para ser amadas, ni para ser valoradas, insisto, no estoy siendo objetiva, siento tangibles mis sentimientos y por más impotencia que sienta, creo que todo esto radica en la educación que hemos recibido los mexicanos, no soy malinchista, pero en su mayoría a si es nuestro pueblo, nos minimizamos, nos dejamos comprar, ¿pero a cambio de qué?. Se han perdido generaciones enteras de infantes por que se han dejado llevar por lo brilloso y no todo lo que brilla es oro.


Las irregularidades en la ley y la corrupción también son clave para que todos estos actos ilícitos se realicen, porque aunque suene impensable, tampoco se puede confiar en nuestras autoridades, prácticamente estamos solos, con todos estos fenómenos y personas con enfermedades patológicas. Hay que ser conscientes de que así como hay asesinos, ladrones, narcotraficantes hay pederastas, traficantes de niños, órganos etc. México está solo contra el mismo, contra su gente y sus gobernantes. México está solo.