viernes, 17 de diciembre de 2010

Urgando en los recuerdos..


Tenía meses sin escribir... desde la muerte de mi abuelita y no precisamente porque no quisiera, sino porque Firefox me hizo una mala broma con eso de las "cookies" (que por cierto yo ignoraba que eran archivos pequeños para que el funcionamiento de algunos programas fueran más rápidos), pero bueno, mi novio Edgar que es súper poderoso me ayudó a corregir ese error y ya estoy de nuevo por estos rumbos.

¿Nunca han escarbado en los recuerdos? ... Se suele hacer con frecuencia, pero, ¿que tal en los recuerdos de los demás?


Parecido a lo que hacía Harry Potter cuando viajaba con Dumbledore, pero pues, yo no tengo esa "tecnología" con la que cuentan los seres mágicos (desafortunadamente inexistentes), pero si cuento con una curiosidad impresionante.

Me desperté con el afán de seguir leyendo "Harry Potter y las reliquias de la muerte", pero mi mamá me puso a buscar un libro de ella y en fin, se me fué la mañana buscando su libro. Obviamente no lo encontré, pero encotré un diario (hasta eso parecido al de Tom Ryydle).

La pasta era de un color rojo quemado con negro, no decía nada en la portada,lo abrí y de inmediato reconocí la hermosa caligrafía de las primeras hojas, era de mi madre,sin embargo al hojearlo identifique letras que parecían pequeñas arañas tratando de comunicarse, entonces sin duda supe que la letra de doctor de mi padre también contribuía en los escritos. (Que curioso que mi mamá también sea médico y escriba tan bonito).

"La curiosidad mató al gato", esa frase sin duda es totalmente cierta, no me pude contener, leí hasta el final.
El diario comienza desde el noviazgo de mis papás hasta la fecha en la que se enteran de mi existencia.

Urgando en los recuerdos, en los secretos, lloré y lloré demasiado, recordé que antes ya me había consumido la curiosidad, esa historia ya la había leído, pero tal vez no con la suficiente edad como para valorar todo el recorrido de mis padres, los sacrificios, los buenos y malos ratos, el amor que indudablemente sentían por mi y el cuál permanece intacto el uno por el otro.

Lo que han hecho por salir adelante y lo que han logrado que se puede palpar con orgullo. Lo poco o mucho que se puede decir "NUESTRO" no es más que el fruto de una larga historia, de un librito con muchas páginas amarillas y pasta del color quemado.
Es muy simpático leer que no tenían ni idea de que sería niña, no me llamaban Cristina, me decian bebito, ¡¡fue muy bonito leer eso!!

Creo que es más fácil desglozar los recuerdos ajenos, se siente diferente, sin embargo creo que también es bueno analizar el propio pasado, ya que este forma parte del presente de una u otra manera.


Estoy muy feliz de ser quien soy y de pertenecer a la familia que pertenezco, me siento completamente ORGULLOSA.


- Cristina García.