sábado, 8 de octubre de 2011

Capitulos de la música

Bloggeando mi reportaje de capítulos para la clase de Periodismo.

La viven de manera diferente

La música: El proceso de acuerdo al instrumento.

Jóvenes apasionados por la música intentan demostrar que no es sólo un pasatiempo, sino una verdadera vocación

Por: Cristina García

1Sofía le da sabiduría y Alejandra lo protege mientras que Sofía Alejandra lo complementa,

De cuerpo curvilíneo acompañan a Edgar desde hace ya v
arios años, su padre ha sido la mayor influencia para que Edgar las ame…que no se malinterprete la promiscuidad con la pasión que les tiene a sus guitarras, la acústica, la eléctrica y la electroacústica.

“Una guitarra es de muy fácil acceso, pero su sonido particular es especial, es por eso que me siento identificado con ella, es mi compañera siempre fiel”. Muchos jóvenes eligen a la guitarra como instrumento favorito, como hobby, sin embargo Edgar lucha por demostrar que no es simplemente un pasatiempo sino una vocación, a pesar de ser estudiante de Ingeniería Industrial en el Tecnológico de Monterrey su carrera universitaria no es el fin, sino el medio para realizar su sueño como músico. Ser guitarrista en serio sale caro, la inversión de todo el equipo anda entre los 25,000 y los 30,000 pesos repartidos entre guitarras, pedal, amplificador, cuerdas, partituras, por mencionar lo básico.

Al entrar en la Academia Tchaikovski la suerte musical de Edgar cambió, no sólo fue evolucionando sino que además se convirtió en integrante de la Orquesta Clásica de Guitarras conformando la sección de las primeras guitarras que son las responsables de llevar la línea melódica de las piezas musicales, su mejora lo llevó a impartir clases de guitarra en el Instituto Tecnológico de Estudios en Audio (ITEA)

“Con la guitarra se expresa lo que no tiene palabras, lo indefinible”.

El reto principal de un guitarrista es la constancia, la perseverancia y luchar contra el enemigo principal: El tiempo.

“Es un instrumento muy celoso, nunca terminas de aprender, de descubrir cosas nuevas y el tiempo es un factor muy importante, voy creciendo y con la edad llegan las responsabilidades que me impiden dedicarle todo lo que en realidad se merece”. A sus 21 años Edgar lo tiene claro, no hay nada que lo haga más feliz que tocar la guitarra y lo que muchas personas considerarían como sacrificios, él lo ve como perseverancia.

Comer, dormir o pasar tiempo con sus seres queridos son cosas que ha dejado de hacer, sin embargo al tocar su instrumento el hambre y el sueño no invaden su cuerpo dejando claro que la música lo mantiene pleno.

2Un ruidoso proceso

Los ritmos envuelven la habitación, un remate y un doble pedal van marcando la pauta de la canción metal que se está tocando, mientras él ensaya los vecinos llaman a la puerta. Están hartos del “ruido”.

Gera es un chavo de 23 años de edad, lagunero, con una pasión por la batería que hace que su corazón aumente el ritmo cada vez que la toca, su cabello largo, paliacates y dedos encintados lo hacen ver diferente, es diferente… es baterista. Lars, el baterista de Metallica fue quién (sin saberlo) inspiró a Gerardo a involucrarse en la música con este instrumento que pareciera ser tocado por un pulpo, cuando únicamente cuenta con dos manos, dos piernas y un tatuaje musical en el pecho que le recuerda porque está vivo. Al ir rumbo al Instituto Tecnológico en Estudios de Audio (ITEA) se da cuenta que toda su vida gira en torno a la música y que realmente vive por ella. No sólo le da de comer, también le da una satisfacción personal que no ha logrado llenar con ninguna otra cosa.

La compañera del baterista es más cara y complicada que cualquier mujer, Tania es muy difícil de transportar y le gusta hacerse notar, habla fuerte, jamás modera ni baja su volumen, lo adueña, no le da tiempo libre, todo lo que tiene Gera es para ella pero no se compara con todo lo que ella le da. Pareciese que la batería y el son uno mismo, explotan de la misma manera, directos y tajantes, sin titubear. El ritmo de la batería va marcando el ritmo de su vida.


3Música en el viento

La melodía que escucho me hace imaginar pequeños duendes, sombreritos verdes, la olla al final del arco iris o el pozo de los deseos. ¿El instrumento responsable? Unas pequeñas flautas que ejecutan una pieza de música celta- folk tornando el ambiente completamente feliz.

Héctor Caballero o Kaba es el intérprete. La música siempre estuvo presente, aunque tal vez inconscientemente, el vecino que solía tener era un maestro de música, tocaba en un grupo de música andina y los ensayos eran en su casa. Escuchar las primeras notas que emitía el grupo era suficiente motivación para salir a escucharlos. Aquel vecino tocaba la Quena, una flauta tradicional de algunas regiones Sudamericanas. Kaba quería reproducir ese mismo sonido y aunque no fue fácil consiguió el instrumento. En la secundaria aprendió a tocar la flauta dulce, un día un compañero violinista le preguntó que si tocaba algún instrumento, la mueca de burla se tornaba en su rostro al escuchar la palabra “dulce”, pero cambió completamente al escuchar “flauta andina”, emitió las primeras notas, el violinista no daba crédito a lo que escuchaba “nunca había escuchado sonar tan bien la flauta… ¿Has pensado en comprarte una flauta transversal?”.

A partir de esa pregunta la flauta transversal era otro de sus instrumentos y ahora formaba parte de una banda de Heavy Folk Metal.

“Tú lo ves y sabes que es músico” – dicen las personas cuando se les pregunta por Kaba y es que nadie logra concebirlo sin sus instrumentos del viento, sus innovadores TinWhistles o su sensual sax alto. El integrante del Ensamble de Jazz de Santa Cecilia asegura que está destinado a la música y que dejaría su Ingeniera Química por la música.

“La música me hizo consciente, sensible, inquieto y curioso. Me abrió un apetito insaciable por más y más música, conocer más sonidos, más canciones, más estilos… más formas de hacerle llegar la música a la gente. Cambió radicalmente mi forma de ser, de hablar, de vestir, de pensar… no sólo por la música en sí, sino por las puertas que ella me abrió, la gente que me permitió conocer y las oportunidades que me fue presentando.”

A veces uno cree que escoge el instrumento, pero realmente es el instrumento quién escoge a la persona creando un lazo simbólico


4Es un placer conocerla…

De repente pasa que hay personas no tolerables, no se sabe él porque pero simplemente no se concibe la idea de estar a su lado… hasta que cierras un ojo, la enfocas, le agarras cariño, o realmente la conoces.

No solamente pasa con las personas, también pasa con objetos o con la música como fue el caso de Ariel, un tecladista que admite haber aborrecido el piano en su momento.

A muchos les llega la música en el momento adecuado pero a Sireno, como le dicen, le fue impuesto por su madre a los 9 años de edad, lo llevaban a fuerza a la Academia de Cultura, después le fue agarrando el gusto cuando ingresó a la Academia de Tchaikovski.

El piano tiene en sus teclas todas las emociones juntas y un registro impresionante para componer lo que le ayudó para ganar el Concurso Nacional y Regional de bandas con una de sus letras y música. “Es el orgullo más grande que siento, a veces no comprendo cómo es que lo que antes odiaba se convirtió en mi pasión más grande” Sólo demuestra que del amor al odio hay sólo un paso, o en su caso una canción.

5La música no es una opción, es un sueño que se ve cada vez más real.

Un sonido que llena, que completa, que se siente en el corazón sin duda es el del bajo.

En lo general los bajistas pasan desapercibidos, es más común que se reconozca al guitarrista por sus solos o al baterista por su habilidad… todos se llevan algo del crédito, pero los bajistas muchas veces se olvidan. Para evitar que este sea su caso Hugo se fue a Fermatta a estudiar Ingeniería en Audio y Producción de música contemporánea. “Quiero ser bajista de manera profesional” – me dijo, pisar fuerte para dejar huella, ser alguien en el mundo de la música.

La lucha contra los constantes estereotipos sobre los músicos lo incitan a luchar contra ellos y a demostrar lo contrario, aunque quizás sí, los músicos son unos drogadictos… la música los mantiene vivos, les da equilibro, pensamiento y complemento. Los hace ser.

La voz de Hugo emite el sonido de su instrumento, grave y profunda, contando el proceso, algunos piensan que el bajo es una guitarra grandota y para nada, es completamente diferente.

“Los bajistas somos menospreciados hasta por los mismos músicos, pero para mí basta con saber que cambiar el bajeo es ponerle otra tonalidad a la canción, considero que es un instrumento indispensable, sin él las melodías sonarían vacías”Tomar la música en serio significó dejar la Comarca Lagunera, estudiar en México DF, dejar familia, novia y amigos, sin embargo dejar personas no es un sacrificio cuando se encuentra la esencia en las notas musicales.

El proceso que viven estos jóvenes es muy similar al de cualquier otro profesionista, pero ningún otro profesionista cuenta con tanta pasión como los músicos. Encontrar lo que verdaderamente causa felicidad es el objetivo de todas las personas. En ellos la respuesta es clara: La música.